La consejera del Consejo Nacional Electoral (CNE), Cossette López, emitió este domingo un extenso y firme pronunciamiento público en el que defendió el desarrollo del proceso electoral y denunció una estrategia de desinformación y manipulación orientada a generar agitación social y debilitar la institucionalidad democrática del país.
A través de su cuenta en X, López subrayó que el CNE tiene la obligación legal de agotar todas las etapas establecidas en la ley y los reglamentos electorales. En ese sentido, informó que ya se están emitiendo acuerdos para la realización de escrutinios especiales y que habrá más, conforme avancen los procedimientos y los recursos contemplados en el marco legal.
La consejera advirtió que la difusión de información falsa y los ataques sistemáticos al órgano electoral solo contribuyen a dañar el civismo con el que, aseguró, el pueblo hondureño acudió a las urnas el pasado 30 de noviembre. “La agitación social que se pretende provocar desde la desinformación solo daña al país”, expresó.
En un tono autocrítico pero firme, López describió el proceso electoral como una “guerra” en la que cada etapa ha sido una batalla distinta. Reconoció que han existido fallas, pero recalcó que estas no responden a lo que fue aprobado y diseñado por el CNE, sino a la suma de responsabilidades y voluntades, algunas a favor y otras en contra del proceso.
La consejera cuestionó duramente a los sectores que solo aceptan los resultados cuando les favorecen y rechazó lo que calificó como una postura inconsecuente y carente de objetividad. “Siempre supimos que solo uno de cinco candidatos quedaría”, recordó, señalando que hay actores que nunca aceptan una derrota cuando la tienen enfrente.
López también denunció presiones políticas y coacciones ilícitas para forzar al CNE a romper la ley y actuar de forma parcializada. Frente a ello, fue categórica: “NO LO HARÉ”, afirmó, dejando claro que su deber, como el de los demás consejeros, es continuar con su labor independientemente de quién resulte ganador.
Asimismo, advirtió que entorpecer el trabajo del CNE constituye un ilícito y forma parte de un intento evidente por boicotear la declaratoria oficial de resultados, con el objetivo de forzar escenarios alternos fuera del marco institucional.
En el cierre de su mensaje, la consejera hizo un llamado directo a la responsabilidad nacional, denunciando persecución política, ataques y difamación contra quienes sostienen el proceso electoral. “Acá nadie está haciendo trampas”, sentenció, para luego remarcar una frase que resume su postura: “El CNE no puede otorgar lo que el pueblo no otorgó en las urnas”.