Mientras el candidato del Partido Nacional, Nasry Asfura, mantiene una ventaja de 20,226 votos en el escrutinio preliminar de las elecciones generales en Honduras, el aspirante presidencial por el Partido Liberal, Salvador Nasralla, lanzó una serie de denuncias públicas sobre el manejo de las actas por parte del sistema electoral y la empresa encargada del procesamiento de datos.
Nasralla aseguró que “cientos de actas” donde él resultaría favorecido no están siendo incorporadas al conteo por decisión de la compañía ASD, sino que se envían directamente a escrutinio especial. También acusó una “ralentización deliberada” en el ingreso de actas procedentes de Cortés, Yoro, Atlántida y Colón, mientras —según afirma— el sistema acelera cuando se trata de actas provenientes de zonas rurales.
“Iremos al voto por voto”, advirtió el candidato liberal, señalando que la transparencia del proceso está en riesgo. A sus acusaciones se sumó el reporte de un técnico que detalla que, solo en el departamento de Cortés, aún faltan 755 actas: 294 pendientes de ingresar y 461 clasificadas como “inconsistencias”, lo que, según Nasralla, constituiría una maniobra para frenar su avance.
El aspirante insistió en que, si todas las actas de Cortés fueran procesadas con normalidad, él obtendría “una ventaja superior a 40,000 votos”, y cuestionó que, desde 2013, “no le permiten ganar las elecciones” porque —afirmó— “quieren seguir con el negocio de la corrupción”, el cual estimó en 100,000 millones de lempiras anuales que podrían invertirse en infraestructura, salud, educación, puertos e industria.
Las denuncias elevan la tensión política y ponen nuevamente en el centro del debate la confianza en los sistemas de transmisión y escrutinio en el país.