Con un tono técnico, pero con observaciones de fondo, la Organización de Estados Americanos (OEA) recibió el informe final de la Misión de Observación Electoral que acompañó el proceso electoral celebrado el pasado 30 de noviembre en Honduras, marcando así el cierre formal de su labor de seguimiento.
El documento analiza de manera integral el desarrollo de las elecciones, desde la instalación de las mesas receptoras de votos hasta el conteo y la divulgación de los resultados, con el propósito de identificar debilidades estructurales que afectan la credibilidad del sistema electoral hondureño.
Uno de los señalamientos centrales del informe apunta a un retroceso en comparación con procesos anteriores, tanto en los procedimientos técnicos como en la gobernanza de las instituciones responsables de administrar justicia y organización electoral, particularmente el Consejo Nacional Electoral y el Tribunal de Justicia Electoral.
La misión advierte que parte de estas dificultades responde a factores más profundos, relacionados con la estructura partidista de las autoridades electorales, una condición que, según el análisis, limita la independencia técnica y complica la toma de decisiones en momentos clave del proceso.
El presidente de la misión, Eladio Loizaga, subrayó en su mensaje introductorio que la observación internacional no se concentró únicamente en la jornada electoral, sino que inició meses antes, con visitas técnicas durante las elecciones primarias y una misión preliminar realizada en junio.
Ese seguimiento temprano permitió, según Loizaga, identificar señales de alerta que se mantuvieron a lo largo del calendario electoral y que terminaron influyendo en los problemas registrados durante la fase de escrutinio y comunicación de resultados.
Pese a las críticas, la OEA enfatiza que el informe no busca desacreditar el proceso electoral, sino aportar recomendaciones concretas orientadas a fortalecer la transparencia, mejorar la gestión institucional y reforzar la confianza de la ciudadanía en la democracia.
El organismo hemisférico concluye que la implementación de estas recomendaciones será determinante para evitar la repetición de los mismos errores en futuros procesos y para avanzar hacia un sistema electoral más sólido, creíble y menos vulnerable a la polarización política.