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Bolivia 2025: la derrota histórica de la izquierda y su efecto dominó en América Latina
Publicado en 18/08/2025 08:46
Mundo

Las elecciones celebradas el pasado 17 de agosto en Bolivia marcaron un punto de quiebre en la política latinoamericana. El Movimiento al Socialismo (MAS), que durante casi dos décadas ejerció una hegemonía política bajo el liderazgo de Evo Morales y sus sucesores, sufrió una de las peores derrotas en su historia. Con apenas un 8 % de votos en su mejor candidato, el MAS pasó de ser fuerza dominante a un partido residual.

La magnitud de este colapso no se explica únicamente en clave boliviana, sino en el marco de un mapa regional donde varios países enfrentan la disyuntiva de seguir bajo proyectos socialistas o girar hacia modelos de centro y derecha.

El derrumbe del MAS: síntomas de un modelo agotado

El MAS pagó en las urnas los costos de una economía en crisis, marcada por la escasez de dólares, el racionamiento de combustible y la inflación creciente. A ello se sumó la fractura interna entre Evo Morales y el gobierno de Luis Arce, que dividió a sus bases y provocó que casi un 20 % de los electores anularan su voto, atendiendo al llamado del propio Morales.

El resultado: una izquierda fragmentada, incapaz de renovarse, desconectada del pueblo y sin capacidad de proponer soluciones. Lo que antes fue un símbolo del “socialismo del siglo XXI” hoy se convierte en un caso de estudio sobre cómo el desgaste, la corrupción y el caudillismo destruyen un proyecto político.

Un efecto dominó en América Latina

Lo ocurrido en Bolivia tiene un eco inmediato en otros países de la región:

  1. Honduras
    Con elecciones programadas para el 30 de noviembre de 2025, el caso boliviano puede convertirse en un ejemplo inspirador para la oposición hondureña. El gobierno de Xiomara Castro, vinculado ideológicamente con el chavismo venezolano, el castrismo cubano y los sectores más radicales de la izquierda continental, enfrenta un fuerte desgaste tras tres años de crisis económica, corrupción y escándalos de gobernabilidad.
    • El derrumbe del MAS muestra a los hondureños que sí es posible derrotar electoralmente a una maquinaria oficialista, incluso a una que parecía imbatible.
    • Refuerza la narrativa de que el socialismo no es invencible y que, cuando la sociedad se une contra el continuismo, el cambio político se vuelve inevitable.
    • Puede motivar a sectores abstencionistas y desencantados a participar en masa, como ocurrió en Bolivia, para cerrar el ciclo de gobiernos ligados al “socialismo del siglo XXI”.
  2. Venezuela y Nicaragua
    Aunque los regímenes de Maduro y Ortega se sostienen con autoritarismo y represión, la derrota boliviana debilita el discurso de que el modelo socialista aún tiene respaldo popular en la región. En la narrativa internacional, lo de Bolivia confirma que el ciclo chavista perdió legitimidad.
  3. Colombia y Brasil
    En estos países, donde gobiernan sectores de izquierda moderada, la derrota del MAS será utilizada por la oposición de derecha como munición política. Dirán que los modelos populistas terminan en crisis económicas y descrédito electoral.

Bolivia como “opio” contra el socialismo

En la política regional, los símbolos pesan tanto como los resultados. La caída de la izquierda boliviana opera como un “opio ideológico” para quienes buscan enterrar al socialismo en Latinoamérica:

  • Sirve de prueba viviente de que los pueblos pueden liberarse democráticamente de gobiernos que prometieron igualdad, pero entregaron crisis y división.
  • Alienta a las fuerzas democráticas en países como Honduras a no rendirse frente a estructuras estatales cooptadas.
  • Debilita la narrativa de los regímenes socialistas, que intentarán restar importancia a la derrota, pero que no podrán evitar su impacto simbólico en las próximas contiendas.

Una nueva correlación de fuerzas

Con la salida del MAS de la competencia real, Bolivia se encamina a elegir entre un centro reformista (Rodrigo Paz) y una derecha conservadora (Jorge Quiroga). Sea cual sea el resultado, el mensaje es claro: la izquierda ya no es opción de poder en Bolivia.

Esto abre la puerta a un reacomodo regional, donde los proyectos de derecha y centro buscarán capitalizar el desencanto popular con el socialismo, mientras que las izquierdas sobrevivientes se verán obligadas a reinventarse o desaparecer.

Honduras en la mira

La derrota del MAS en Bolivia no es un episodio aislado. Es un precedente de alcance continental. Para Honduras, que está a meses de definir si continúa bajo un gobierno socialista o gira hacia una alternativa distinta, lo ocurrido en La Paz puede funcionar como catalizador político y psicológico.

Si los bolivianos fueron capaces de poner fin a dos décadas de hegemonía, los hondureños también podrían hacer lo propio. La historia reciente de Bolivia les recuerda que ningún partido, por poderoso que parezca, está blindado contra la voluntad popular.

El 17 de agosto de 2025 podría ser recordado como el día en que cayó un bastión del socialismo latinoamericano… y como la chispa que encendió un efecto dominó en países que, como Honduras, buscan sepultar el socialismo en las urnas.

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