Bolivia vivirá el próximo 19 de octubre una segunda vuelta presidencial inédita en la historia reciente del país. El resultado de las elecciones generales del 17 de agosto dejó fuera al Movimiento al Socialismo (MAS), por primera vez desde el inicio de la era democrática moderna, abriendo paso a un duelo opositor.
El senador tarijeño Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), sorprendió al ubicarse en primer lugar con el 31,6% de los votos válidos, consolidándose como la revelación de la jornada. En segundo puesto se posicionó el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga Ramírez, de Libertad y Democracia, con un 27,1%, asegurando su pase al balotaje.
El empresario Samuel Doria Medina, de la alianza Unidad, quedó relegado en tercer lugar con el 19,5%, quedando fuera de la contienda presidencial. Más atrás se ubicaron Andrónico Rodríguez (Alianza Popular, 8,2%), Manfred Reyes Villa (7,1%), Eduardo Del Castillo (3,2%), Jhonny Fernández (1,5%) y Pavel Aracena (1,4%).
Los analistas coinciden en que el ascenso de Paz refleja un voto de castigo a la polarización y un respaldo a las alternativas de cambio. Su campaña austera, basada en un reducido gasto en redes sociales y un contacto cercano con la ciudadanía, contrastó con las fuertes inversiones de sus rivales y logró capitalizar un voto de confianza.
Una segunda vuelta inédita
El balotaje del 19 de octubre enfrentará a dos liderazgos opositores con visiones diferentes para Bolivia. Será la primera vez en más de dos décadas que el MAS, fuerza política dominante, no figure en la disputa final por la presidencia.
Ficha técnica
El conteo rápido fue realizado por Captura Consulting SRL, financiado por Red Nacional, Cadena A y EL DEBER. El estudio incluyó una muestra de 567 mesas electorales, representativas de 131.786 votantes habilitados, con un margen de error inferior al 1% a nivel nacional y del 2% a nivel departamental, bajo un nivel de confianza del 95%.
La recolección de datos se realizó mediante observación presencial y registro del escrutinio final de actas. El Servicio Intercultural de Fortalecimiento Democrático (Sifde) del Tribunal Supremo Electoral validó los resultados preliminares en cumplimiento de la Ley de Régimen Electoral.
Con este panorama, Bolivia entra en una etapa decisiva, donde los próximos 60 días definirán no solo quién gobernará, sino también el rumbo de una nueva etapa política sin el protagonismo del MAS.