Tegucigalpa. El Observatorio de Política Criminal Anticorrupción (OPCA) del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) cuestionó duramente el desempeño del Congreso Nacional de Honduras, al acusar a sus integrantes de privilegiar los intereses políticos y electorales por encima de las necesidades legislativas del país.
César Espinal, coordinador del OPCA, señaló que la agenda del Legislativo ha estado marcada por la inacción, discursos partidarios y proselitismo. “Estamos a más de mitad de año y los temas que han abordado son mínimos, escasos. El oficialismo se ha centrado en sostener narrativas políticas, mientras el resto de los diputados anda, básicamente, en campaña”, declaró.
Pese a esta baja productividad, el Congreso mantiene un ritmo constante en el cobro de salarios y beneficios. Según Espinal, los legisladores reciben mensualmente alrededor de 19 millones de lempiras en sueldos y 15 millones en viáticos, sin importar su desempeño. Además, denunció que las subvenciones asignadas a los diputados ya superan los 86 millones de lempiras en lo que va del año.
“Es un actuar doloso”, afirmó Espinal. “Mientras no cumplen ni con sus propias metas de productividad, prefieren el show político antes que el trabajo legislativo real”.
El CNA también advirtió sobre el uso opaco de los fondos públicos, especialmente las subvenciones y el recientemente creado Fondo Social, que permite financiar obras menores e iniciativas comunitarias sin una fiscalización efectiva. Según la entidad, estos mecanismos de financiamiento carecen de controles de transparencia y rendición de cuentas.
Como parte de su labor de veeduría, el CNA publicó en redes sociales una gráfica que detalla el derroche de recursos asignados al Congreso, haciendo énfasis en la falta de control sobre el gasto de los parlamentarios.
Durante el actual período legislativo (2022–2025), encabezado por Luis Redondo, el Congreso Nacional ha operado con un presupuesto de L. 3,385 millones, el más alto registrado en casi dos décadas, según datos del CNA.