La Casa Blanca abrió esta semana una nueva grieta en la política estadounidense al defender abiertamente el indulto otorgado al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández. En una conferencia de prensa marcada por declaraciones contundentes, la portavoz Karoline Leavitt aseguró que el caso judicial contra el exgobernante —condenado en 2024 a 45 años de prisión por narcotráfico y tráfico de armas— fue producto de un “claro sobreenjuiciamiento” impulsado por la administración de Joe Biden. “Se le tendió una trampa”, afirmó, al justificar la polémica decisión del presidente Donald Trump.
El anuncio de la Casa Blanca solo confirmó lo que el propio mandatario había adelantado días atrás en Truth Social, donde felicitó a Hernández por su “próximo indulto” y aseguró que el proceso judicial había sido “injusto”. Con la firma del perdón presidencial, Hernández recuperó su libertad el 1 de diciembre de 2025, un giro inesperado en un caso que durante años fue presentado por fiscales estadounidenses como uno de los mayores golpes contra la narcopolítica en Centroamérica.
Mientras en Washington la decisión generaba debate, en Honduras el impacto se sintió de forma inmediata. Para Ana García de Hernández, el día de la liberación fue simplemente “imposible de olvidar”. La exprimera dama publicó un mensaje cargado de emotividad en el que describió el momento como un “milagro” y agradeció a Dios y al presidente Trump por haber “devuelto la esperanza” a su familia tras casi cuatro años de encarcelamiento de su esposo.
“Después de casi cuatro años de dolor, de espera y de pruebas difíciles, mi esposo Juan Orlando Hernández volvió a ser un hombre libre”, escribió García, subrayando que la fe fue el sostén durante este periodo. Su mensaje también reconoció a quienes —según ella— defendieron la causa con oración, convicción y confianza en que “la verdad prevalecería”.
La exprimera dama cerró su mensaje citando el versículo Juan 8:32: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”, reforzando el tono espiritual con el que recibió la noticia.
Hasta ahora, ni Hernández ni su equipo legal han reaccionado públicamente al indulto. Su liberación marca un nuevo capítulo en un proceso que todavía suscita preguntas legales y políticas tanto en Honduras como en Estados Unidos.
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