Brasilia, 17 de julio de 2025. — El Gobierno de Brasil expresó este miércoles su “profunda indignación” ante la imposición de un arancel del 50 % a sus exportaciones, medida anunciada la semana pasada por el presidente estadounidense Donald Trump. La administración del presidente Luiz Inácio Lula da Silva denunció que la decisión amenaza con deteriorar una relación económica históricamente sólida entre ambos países.
En una declaración conjunta, los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Desarrollo, Industria, Comercio y Servicios advirtieron que los aranceles afectarán gravemente sectores clave de ambas economías. “Esto pone en riesgo una asociación económica históricamente profunda”, señala el documento, en referencia a los más de 400 mil millones de dólares en déficit acumulado por Brasil en los últimos 15 años en su balanza comercial con Estados Unidos.
El canciller Mauro Vieira y el ministro Geraldo Alckmin dirigieron una carta al secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick, y al representante de Comercio, Jamieson Greer, recordando que desde mayo han solicitado identificar las preocupaciones específicas de Washington para avanzar en una negociación. Hasta el momento, no han recibido respuesta.
El Ejecutivo brasileño reiteró su disposición al diálogo para alcanzar una “solución mutuamente aceptable” sobre los temas comerciales de la agenda bilateral. Según Brasilia, ha mantenido una postura constructiva desde el inicio del conflicto comercial iniciado por Trump el pasado 2 de abril, denominado por él como el “Día de la Liberación”.
Trump justificó el arancel como una respuesta política en defensa del expresidente Jair Bolsonaro, actualmente procesado en la Corte Suprema de Brasil por liderar un intento de golpe de Estado tras su derrota en las elecciones de 2022. Además, acusó al Supremo Tribunal Federal brasileño de ordenar, de forma “secreta e ilegal”, el bloqueo de cuentas en redes sociales que promovían noticias falsas.
Desde Brasil, se advierte que el uso del comercio internacional como instrumento de presión política mina la estabilidad de las relaciones diplomáticas y económicas. La cancillería subrayó que aún espera una respuesta del Gobierno estadounidense a su propuesta formal presentada en mayo.