El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, indultado por el presidente estadounidense Donald Trump mientras cumplía una condena por narcotráfico en Estados Unidos, negó este martes las declaraciones de la presidenta Xiomara Castro, a quien acusó de difundir una narrativa falsa para generar temor y desviar la atención de la crisis política y electoral que atraviesa el país.
En un pronunciamiento público, Hernández afirmó que no existe ningún plan para su ingreso a Honduras ni intención alguna de quebrantar el orden constitucional, calificando las acusaciones como una estrategia recurrente del partido Libertad y Refundación (Libre) para sembrar pánico, provocar caos y mantener a la población distraída.
El exmandatario sostuvo que durante más de una década su nombre ha sido utilizado como recurso político para ocultar fracasos, y que en los últimos cuatro años el actual gobierno ha recurrido —según dijo— al odio y la mentira como cortina de humo ante la falta de resultados, una estrategia que, aseguró, fue rechazada de manera contundente por el electorado en las urnas.
Hernández afirmó que, una vez más, su figura es utilizada como pretexto para aferrarse al poder en un contexto de incertidumbre electoral, subrayando que el país ya no se encuentra en el escenario político de 2021 y que las falsedades promovidas desde el oficialismo han quedado expuestas ante la opinión pública.
En ese sentido, instó a que Honduras concentre todos sus esfuerzos en el recuento especial de votos y en la espera de los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral, señalando que este proceso debe contar con la vigilancia y el respaldo de todos los sectores sociales, así como de observadores nacionales e internacionales, por tratarse de un asunto que trasciende a los partidos políticos.
El expresidente reiteró que no tiene intención de regresar al país en este momento, argumentando que el actual gobierno no garantiza el respeto a los derechos fundamentales y que su seguridad personal y la de su familia estarían seriamente comprometidas debido a lo que calificó como una persecución política sistemática.
Advirtió además que ha recibido información sobre presuntos planes para atentar contra su vida y la de sus familiares, diferenciando entre el legítimo debate político y el cruce de líneas que ponen en riesgo vidas humanas, lo cual consideró inaceptable en cualquier democracia.
Finalmente, Hernández responsabilizó directamente a los líderes del gobierno y a la dirigencia de Libre por cualquier agresión, persecución o daño que pueda sufrir él o su familia, y aseguró que su aspiración personal se limita a reencontrarse con sus seres queridos, sanar y desear para Honduras un futuro de paz, unidad y prosperidad.