Honduras volvió a aparecer en la lista de países identificados por Estados Unidos como relevantes en el tránsito o producción ilícita de drogas. La decisión fue oficializada por el presidente Donald Trump en un comunicado difundido por el Departamento de Estado, donde se presentan las designaciones correspondientes al año fiscal 2026.
En el listado figuran naciones de América, Asia y el Caribe, entre ellas México, Colombia, Perú, Nicaragua, Belice y Venezuela. También aparecen países con alta producción de opioides, como Afganistán y Birmania, así como la República Popular China, señalada como principal abastecedora de precursores químicos para drogas sintéticas.
El gobierno estadounidense puntualizó que la inclusión en esta categoría no implica un señalamiento directo sobre la voluntad o cooperación de cada país. La determinación obedece a condiciones estructurales —geográficas y comerciales— que permiten el tránsito y la producción ilícita de drogas, aun cuando existan esfuerzos internos por combatirlas.
Trump hizo énfasis en el impacto devastador del fentanilo. Según datos oficiales, más del 40 % de los estadounidenses conoce a alguien que ha perdido la vida por sobredosis de opioides, mientras que en 2024 el promedio de muertes diarias por drogas ilícitas superó las 200.
El comunicado detalla que Afganistán, Bolivia, Birmania, Colombia y Venezuela incumplieron manifiestamente con sus obligaciones internacionales de control de drogas. Sin embargo, Estados Unidos continuará destinando asistencia en algunos de estos casos, considerando que la cooperación resulta estratégica para la seguridad del país.
México recibió un reconocimiento particular por los operativos encabezados por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien desplegó más de 10,000 efectivos en la frontera, decomisó cargamentos de fentanilo y entregó a figuras de alto nivel del narcotráfico a la justicia estadounidense. Aun así, Washington señaló que el esfuerzo debe mantenerse de forma sostenida.
China, por su parte, fue blanco de nuevas sanciones económicas y comerciales por el papel de sus empresas en el suministro de químicos que terminan en manos de los cárteles. Trump aseguró que se adoptaron medidas arancelarias y controles adicionales para frenar este flujo ilícito.
El mensaje final de la administración fue claro: los países que no fortalezcan sus compromisos antidrogas enfrentarán consecuencias. Para Washington, la lucha contra el narcotráfico no es solo una cuestión internacional, sino un problema de seguridad interna que continuará marcando la agenda bilateral con sus socios.