El sistema de salud hondureño enfrenta una doble amenaza: un incremento alarmante de casos de dengue y un repunte de tosferina, lo que exige reforzar de inmediato la vacunación y medidas de control comunitarias. Según la OPS, en lo que va del año se han reportado unos 7 500 casos sospechosos de dengue, ubicando a Honduras entre los países centroamericanos con mayor incidencia, especialmente con lluvias recientes que intensifican la proliferación del vector.
Aunque las autoridades de la Secretaría de Salud han descartado por ahora declarar alerta sanitaria nacional por dengue, mantienen campañas de fumigación, abatización y promoción de limpieza de criaderos. A pesar de que se han reducido las hospitalizaciones solo tres por dengue grave activas en el Hospital Escuela, persiste el riesgo de brotes si la población no coopera.
En paralelo, se han detectado 31 casos confirmados de tosferina, principalmente en menores de cinco años en lo que va del año, casi el doble que todo 2024. Médicos de la Sesal instan con urgencia a vacunar a los niños y embarazadas, recordando que esta enfermedad altamente contagiosa puede derivar en graves complicaciones o fallecimientos.
Desde mayo se lanzó una amplia campaña nacional de inmunización que incluye la vacuna contra el dengue. Aunque Honduras es pionero en Centroamérica con esta tecnología, solo se han administrado cerca de 7 000 dosis entre los casi 50 000 niños previstos, lo que señala una baja aceptación entre padres confiados en fallas del sistema. Simultáneamente, la jornada de vacunación abarca 25 biológicos esenciales, dirigidos a niños, embarazadas y personas mayores.
El gobierno, en alianza con la OPS y la Fundación GX de China, ha desplegado refugios de vigilancia, pruebas rápidas, mosquiteros y trampas ecológicas para fortalecer la respuesta frente al dengue. Esta estrategia ha permitido reducciones significativas en la incidencia en algunos departamentos, aunque el contexto actual exige reforzar la inmunización, limpiar criaderos y mejorar la vigilancia en escuelas y centros médicos.
La coyuntura sanitaria actual demanda una acción coordinada entre autoridades y ciudadanía: completar esquemas de vacunación, limpiar hogares, apoyar las jornadas comunitarias y atender señales de alarma para evitar que el dengue y la tosferina se conviertan en crisis evitables.